martes, 5 de mayo de 2020



Un detalle, uno de esos tan insignificante que no puedes agradecer lo suficiente, ni con todo el tiempo que te depare la vida, de esos que no podrías olvidar, aunque lo intentases, esos que te acompañan cada día y aparecen como de repente en tu mente, que se conectan con tu retina de improviso y no puedes parar de sonreír, que son muchos de mis momentos contigo.

En el diccionario hay palabras que dicen describirte, que osan creer por un instante que pueden definirte, pretenden tomarse la libertad a la ligera de querer acotar aquello que significas y no podrán jamás imaginar lo que supone compartir contigo ni siquiera un solo instante.

Ya sabes que no me gustan los días señalados, esos marcados en el calendario para tener que acordarme de alguien, para decirle a alguien lo que supone en mi vida. No, eso no va conmigo, ni lo hará jamás, yo prefiero desperezarme un día, despertarme y aparecer al otro lado del espejo mientras tú te miras.

Tú, con tu carita cansada, con esas marcas del paso del tiempo, sintiendo que te pesan los tobillos, que tu espalda se desbarajusta, tú, cierras los puños y temblando levantas la mirada, ajustas tu sonrisa y afrontas otro día, tú, pones un pie delante de otro y comienzas 24h sin descanso, sabiendo que tus piernas no pararán hasta que vuelvas a cerrar los párpados, tú no tienes ni idea de cuánto te quiero.

Yo, que no puedo encontrar vocales ni consonantes para formar una palabra que te defina, que ya no recuerdo cuantas veces me has tendido la mano, el brazo, el hombro y tu alma entera cuando ha sido necesario, yo, que cada día me encanta más hacerte reír y escuchar tu sonrisa, pero es que si creía que ya no podrías superarte vas tu y me regalas dos sobrinos de ¡disparate!

Ellos que son esa parte de ti que te descubren la sencillez de la vida y a la vez te desesperan hasta límites insospechados, que te hacen llorar de la risa y hacen brillar tanto tus ojos como para hacerle sombra al sol, ellos, que son el vivo reflejo de tus mayores logros y tus gigantes sacrificios, tanto en tus días de sofá y manta como en tus días de horas en la playa, ellos que con un abrazo son capaces de alimentar tu alma hasta el infinito y más allá.

Pero tampoco quiero que olvides nunca que estaré a tu lado pase lo que pase, tenga que remar a favor o en contra de la corriente, que lo mío es tuyo, que siempre estaré para ti y que no te faltará mi apoyo en cualquier tormenta que nos depare la vida.

¡Lo que es la vida! Pretendiendo englobar algo tan grande como tú, cuando te decimos simples palabras como madre, hermana o amiga, cuando digo te quiero y en realidad quiero decir que

¡TE AMO!