domingo, 5 de abril de 2015

Vínculo

Hay un vínculo que pocos en esta vida llegan a experimentar o ni siquiera conocer, es difícilmente descriptible en sí mismo, pero a la vez con gran facilidad crea numerosas formas de reconocerlo. Existe una conexión invisible e innata en aquellos que consiguen ese vínculo, tan especial e inquebrantable, que realmente es infinita y constantemente buscado, creando auténticos deseos irracionales de sentirlo.  Es algo que solo tiene lugar cuando no se busca ni se espera nada y que solo aparece cuando se realiza en conjunto, cuando el simple hecho de dar te ofrece tan solo recibir la felicidad del que recibe y viceversa.  Porque el vínculo es así, es una mezcla de irrealidad y verdad, de sinceridad y locura, algo que, si tienes la suerte de vivir, merece la pena conservar.


Es esa sensación de llegar a un sitio y no querer marcharte, de cruzarte en su camino y saber que no será la primera ni la última vez, de que tan solo con mirar sus ojos te transmita que eres lo más importante de su vida, de que lo que más le guste del día es buscar esa caricia, de saber que estará junto a ti pase lo que pase, de sinceridad y confianza tan plena que solo pararte a su lado te llena de paz, de necesitar más que nada solo tenerle al lado, de que pase el tiempo que pase al reencontraros será como si éste no hubiese pasado, de saber que te conoce incluso mucho más que tú mismo, de sentir que te comprende, de dar valor incluso a tus defectos y manías.


Ese vínculo traspasa todo, no entiende de tiempo ni barreras, de envidia ni prohibiciones, de dudas ni desconfianza, no entiende de cercanía ni lejanía, simplemente surge, así, tal cual, puede ser en un segundo o en muchos, no se sabe, hay muchas teorías, muchos que hablan de él, pero tan pocos que logren experimentarlo e incluso que lleguen a darse cuenta de que existe, así que agárralo fuerte y no lo sueltes.