jueves, 10 de marzo de 2016

Querido Blog:



Ha llegado el día, ese que no queríamos que llegara pero que sabíamos que algún día aparecería, ese en el que se apagan las luces y cae pesadamente el telón.

Me voy igual que llegué, con ese agujero negro que todo lo absorbe, pero habiendo sido capaz de hacer un poco de recorrido, me voy porque ha llegado un punto en el que me echo de menos hasta a mí misma, sea quien quiera que sea.

Gracias por acompañarme durante estos años, no fueron pocos ni muchos, sino los justos, los necesarios para quitarme un poco la picazón de esa espina clavada en el corazón y aprender a dejar un poco la puerta de mi alma entreabierta, lo justo para que salgan de vez en cuando mis sentimientos pero para que no puedan entrar a maltratarlos.


Me voy para que no seas testigo de otro año negro en mi vida, me despido con un hasta pronto, porque la vida da muchas vueltas y quizá pueda volver a necesitarte cuando mi memoria olvide lo aquí aprendido, te digo hasta luego con la mano en el pecho intentando acariciar mi corazón encogido y con el alma casi repleta de momentos vividos, de nuevo gracias por cogerme de la mano todas las veces que me caí y por saber soltarme cuando quería volar, pero más aún gracias por estar aquí antes, ahora y siempre.

martes, 8 de marzo de 2016


¿Sabes? Después de todo yo solo quería ese ratito, ese entre tú y yo, sobrevivía esperando ese momento, aunque solo fueran cinco minutos comparado con el resto del tiempo,  aun ahora así lo pienso, sé que puede parecerte absurdo, pero cuando alguien te llega tan hondo no importa nada más, por ello lo peor de todo, lo que me desgarra una y otra vez el alma, es que me lo robaras, que me lo quitaras de forma tan insensible, porque sin él ya sí que no me quedaba nada donde aferrarme, y aun así, parecía que la película no iba contigo, seguías soltando palabras vacías mientras yo intentaba mantenerme de pie en las arenas movedizas a las que me arrojabas.

Durante este tiempo ocupaste tanto espacio dentro de mí, que ahora parece que lo que era mío, lo que era yo, ya no está, no puedo mirarme al espejo sin ver tu reflejo, ni siquiera encuentro dentro de mi algo que no tenga tu firma, me estremezco al oír tu nombre, si escucho alguna palabra que algún día salió de tu boca se instala como un puñal en mi pecho.


Suelen decir que estas cosas con el tiempo se van, se disipan entre las montañas de tareas que te pones diariamente para no pensar en ello o te acostumbras a vivir con ese pinchazo hasta que forme parte de ti, yo no quiero que se pase, no quiero que se vaya porque quiero recordar cada día que en esta sociedad no merece la pena sacrificar tu confianza por nadie.

sábado, 27 de febrero de 2016


Aun hoy veo sobre mí ese mordisco, lo siento tan profundo que no puedo evitar notar como se me descuajaringa todo por dentro, lo pienso como si hubiese sido hace un segundo, haga lo que haga no se va, se quedó adherido sin remedio a cada poro de mi piel, por él comparto mi existencia con pesadillas interminables, pinchazos en el pecho, respiraciones ahogadas en ansiedad, miradas vacías y una melancolía que me invade sin darme cuenta.

No entiendo porque se empeña el mundo en hacerme creer que hay algo bueno en lo que tiene destinado para mí, que manía con hacer que parezca que mi vida podría ser diferente, porque no vas a tomarle el pelo a otro y me dejas con esa vida rutinaria y sin esencia, esa en la que no hay cambios ni tampoco sobresaltos, esa en la que se ven los días pasar sin más, ya nada tiene sentido, porque no me dejas de una vez y acabamos con tanta mentira, llévate la risa, las charlas, las locuras, este corazón inútil y hecho trizas, llévatelo todo y ni se te ocurra dejar nada, llévatelo lejos, dáselo a quien de verdad lo sepa aprovechar y no vuelvas dentro de unos años disfrazado para volver a engañarme, porque no vale la pena intentar sacar algo de donde ya no hay ni siquiera cenizas, por eso deja mundo de joder que ya bastante tengo con tener que llevarme a mí misma de la mano.

Cada año que pasa la vida me demuestra que el dolor que produces hoy volverá a ti de la misma forma, que el daño que provocas lo sufrirás a lo largo del tiempo, no mañana ni pasado, sino dentro de unos años, cuando ya ni te acuerdes y todo sea ya pasado, volverá y aparecerá en tu vida, para que te des cuenta de que lo que realmente importa no es buscar la felicidad a toda costa, pasando por encima y pisoteando al otro, sino ser capaz de ser feliz por uno mismo.

domingo, 14 de febrero de 2016


Querido corazón, te hablo desde este que te vigila aquí arriba, sabes que te aprecio mucho, en el fondo es difícil separarnos, pero te has llevado tantos batacazos que ya es hora de que dejes de hacer el indio y seas más responsable, que sí, que yo también te quiero conmigo, pero bastante llevamos ya como para seguir andando a ciegas en esta vida llena de baches, mira que te aviso siempre, que te lo repito mil y una veces, que cuando algo es demasiado bonito no puede ser real, por eso ve recuperando los cachitos de esa coraza que un día destruyeron, hazlo tranquilo que ya me encargo yo de que nadie te moleste, remiéndala como mejor puedas y no te preocupes del tiempo que te lleve, pero hazlo con esmero para que no consigan atravesarla, no olvides que más vale corazón fruncido que aquel que nunca ha sido herido, recuerda que seré ese hombro para apoyarte cada vez que te veas malherido y que mientras estemos juntos no será necesaria ninguna falsa muleta de anclaje.

 Es extraño como todo se convierte en vacío, el susurro contenido de un no me dejes se evapora en un me da igual que te vayas, las conversaciones interminables se agotan en silencios indiferentes, las cartas se tornan palabras vacías, la sinceridad pura se ahoga en una gran mentira, es extraño si, extraño que la confianza ciega se destape con arañazos, que los besos se conviertan en cuchilladas, que las suaves caricias se tornen en sangrantes agujas, que los masajes se vuelvan palizas, que los abrazos ahora sean como balazos, que ya solo haya sueño inundado de pesadillas, es tan extraño que la gente olvide tan rápido y que el cuidar tanto a alguien sea compensado con este doloroso desprecio.

 Al fin y al cabo todos morimos tarde o temprano, morimos cada día al dejar de recordar muchas cosas, cuando olvidamos conservar aquello que nos cuida cada día y que conserva los pequeños tesoros de la vida, cuando dejamos de valorar las cosas importantes por creer que todo aparece y desaparece como la luz del día, y es que al final solo queda melancolía, por lo que pudo ser y no fue, por esas promesas que nunca se cumplirán, por todas esas cosas que ya solo en meros pensamientos se quedarán, como esa copla de carnaval que nunca sabrá lo que es verte sonreír, se quedarán almacenados en aquella pequeña tacita de plata olvidada en el último estante.

¿Cómo eres capaz de volver a creer en algo que ves demolerse continuamente? ¿Cómo puedes dejar a un lado la sensación de que no tiene sentido ilusionarse por algo tan efímero? ¿Cómo puedes enterrarlo en vida? Yo ya no puedo, o quizá es que ya no quiero estamparme más contra el suelo.

sábado, 6 de febrero de 2016

Soledad

Hay veces en la que te replanteas por qué le tienen tanto miedo, a lo largo de mi vida me ha acompañado en diversas ocasiones, la gran mayoría en momento claves de mi crecimiento personal, puede que quizá no se la entienda como debería por tantas veces que se le ponen adjetivos negativos.

Hay momentos en los que uno tiene que cogerla de la mano, acariciarla suavemente y abrazarla con esmero, porque tenemos que aprender que en las situaciones más importantes o las decisiones más transcendentales uno está solo, y no me refiero a que le dejen solo, no, uno tiene más o menos familia, compuesta por aquellos con los que compartes sangre o los que son verdaderos amigos, esa maravillosa familia estará cierto tiempo contigo, no porque ellos no quieran estar sino porque no se puede controlar el ciclo de la vida, por ello tenemos que aprender a tenernos a nosotros mismos como único referente, porque al final somos nosotros los que actuaremos como valientes o cobardes frente a la vida.


Hay situaciones a las que uno debe enfrentarse solo, para ser capaz de hacerles frente y construir una lección que perdure toda la vida, porque cuando veas todas esas cicatrices en tu cuerpo no recordarás el dolor sufrido sino el coraje que tuviste para que cada una cicatrizase lo mejor posible, ahí no habrá ganador o perdedor, no será valentía o cobardía, habrá sido una decisión tomada por ti mismo, en la que afrontarás pros y contras como si tuvieran un mismo sentido, aquí no hay tiempo determinado, ni nada que te haga acelerar tu camino, solo cree en ti mismo y sabrás cuando deba acabar la reconstrucción de cada pedacito, créelo sinceramente porque lo sabrás tarde o temprano.

domingo, 31 de enero de 2016

HIPOCRESÍA


Cuanto le gusta al mundo ser hipócrita y cuan arraigada está esa palabra en el ser humano, a mí nunca me gustó y cada vez me repele más la gente que parece no saber vivir sin ella. Porque “no hace falta mostrarle maravillas al ciego ni contarle verdades al sordo, tan solo basta con no mentirle a la cara”, que hay cosas malas en esta vida lo sabemos todos, al igual que de vez en cuando disfrutamos lo bueno de ella, cualquiera podría decir que omitir ciertas cosas a la larga no es bueno, pero no puedo ni pensar en qué tipo de persona es aquella capaz de mentirte mirándote a los ojos, de darte el beso de judas, de abrazarte mientras acuchilla tu alma y de llenarse la boca de palabras vacías. Quizá sea verdad eso que dicen de que se sabe que la gente miente porque mueve los labios, aun así las palabras son efímeras, lo peor es que los hechos son eternos. No sé qué sacan de vivir una mentira, es como ir dejándote caer al vacío, como hundirte sin remedio en el fondo del abismo, sabiendo que después, cuando acabe todo, solo quedará un corazón negro y una boca llena de necedades.

Esto suele ir unido al capricho, ese que hace que se te antoje algo, hagas lo que sea para conseguirlo y luego, cuando te aburres, te cansas o pierdes el interés construido por tu egocentrismo, lo tiras cual juguete derruido y sin ningún aviso. Hay quien hace eso incluso con las personas, que usa cada día una, como meros pañuelos de bolsillo, de usar y tirar, sin importarles lo más mínimo, uniendo capricho e hipocresía como si para ellos fueran valores que juntos se ven engrandecidos. Son personas incapaces de mantener algo en su vida y se recrean de su amargura procurando multiplicarla como una plaga a todo aquel que les quede a tiro, tú al final acabas dándote cuenta de que eso es lo que abunda y que en este caso lo raro es la sinceridad o el compañerismo.

Puede que eso sea lo único que quede de todo esto, ese final que marca todos los momentos vividos, ser un capricho más de alguna hipocresía que andaba perdida en el infinito y que justo fue a tocar al lugar más escondido, ya veo que poco importa todo lo que hubiese sentido o que ni la verdad se me haya permitido, simplemente ha sido capaz de acabar siendo un ruin humano más de este mundo corrompido.

miércoles, 27 de enero de 2016

Atrapada


Hoy te quiero más que nunca, hoy te considero más importante de lo que nunca fuiste y por eso hoy te necesito más que siempre, porque a pesar de todo y de todos siempre quedamos tú y yo, dos caras de una misma moneda,  el sol y la luna de cada día, pero al fin y al cabo sabemos que en definitiva siempre vamos a estar aquí y ahora, porque casi puedo oírte respirar desde el otro lado y sentirlo en mi cuello.
A veces quisiera que no fuera necesario, que no hubiese otra forma de ver las cosas, que lo blanco fuese blanco y lo negro fuera negro, porque los infinitos tonos de grises me atormentan, me nublan una y otra vez la existencia, otras veces me gustaría poder encajar en alguno de esos grises, porque quizá sea que no acabo de entenderlos, porque los peores sentimientos aparecen cuando no se sabe dónde está uno, entre ese sí o no, esos intermedios en los que no sabes a donde dirigirte, ¿has intentado alguna vez mantener una vela encendida aunque tuvieras que luchar contra el peor de los huracanes?
Es algo que necesito como el aire que respiro, entenderlo, entenderte y entenderme, no acabo nunca de hacerme preguntas, y no esas preguntas fáciles que aparecen se contestan por cualquiera y luego se disipan, no, preguntas que solo pueden ser respondidas desde esa boca, que ondean una y otra vez el horizonte, persistentemente, puede que la respuesta sea no preguntarse por qué.
Y no, no puedo, o quizá sea que no quiero,  que no soporto la idea de pensar que la esperanza sobre la existencia se esfumó en tu último sonido, de haber perdido esa última oportunidad de disfrutar de eso que me contaban que era la vida, eso que pasa mientras esperas el momento apropiado, es un viaje que no se puede controlar en sí mismo, pero sí las decisiones que se toman a lo largo de ella (incluso las que no se dicen en alto).

No puedo evitar divagar, creyendo que un día cojeras tu vida en tus manos, que serás capaz de vivirla por ti misma y no por lo que te digan los demás, que dejarás a un lado el miedo a no merecerte esa felicidad y la cobardía de no quererla para ti, que volverás a mirarme a los ojos con ese brillo, porque hay personas que brillan tanto por dentro que son capaces de eclipsar todo lo que también lo hacen por fuera, prométeme que un día cuidarás, darás las gracias y harás todo lo posible por conservar aquello que te hace feliz, en vez de ignorarlo y quedarte mirando cómo se esfuma, porque si hay algo peor que irse es demostrar que lo estabas esperando quedándote mirando cómo se van, y al final acabas consiguiendo lo de siempre, hacer invisible esa cuerda que te acerca a la gente, impidiendo que puedan evitar que los alejes de tu lado, evitar que te vayas.

domingo, 24 de enero de 2016

Me desperté sin quererlo, mas que ningún otro día, porque estaba soñando contigo y eso es lo último que les queda a mente y corazón de tu recuerdo, porque juntos hacen que casi pueda tocarte aunque ya no estés, porque casi lo sentí en los dedos aunque ya no pueda y lo visualice en el cristalino aunque se haya esfumado de mi vista.

Hay cosas que solo pasan una vez en la vida, trenes que solo se paran en una ocasión y que no volverás a ver pasar, hay muchos tipos de personas que se cruzarán por tu vida, pero solo uno que será capaz de cambiarla y tocar ese interruptor oculto de tu alma, que lo pondrá todo patas arriba, que te dejará una y otra vez sin ese asiento cómodo en el que la monotonía te obliga a sentarte, solo esa persona te arrasará de arriba abajo con una sola mirada, una sola caricia o con una sola vez que escuches su risa, esa persona transformará todo lo que hayas vivido en apenas un suspiro comparándolo con los instantes que te hará vivir, te trastocará tanto y tan profundamente que te harían falta más vidas para saber hasta qué punto puede llegar, esa persona te hará vibrar como ninguna vez lo hiciste y una vez que lo haga ya no habrá nada comparable, será como un tornado que te dejará en pelotas frente a la vida y que así puedas ir vistiéndote a medida que acumules momentos, sacará de ti cosas que ni siquiera sabias que existían y llegará un momento en el que descubras que todo eso te acompañará toda la vida.

Días en los que echo la vista atrás y pienso en todo aquello que he vivido, porque echo de menos a alguien especial en mi vida, pero cuido como pequeños tesoros todos esos momentos contigo y sé que no cambiaría nada, ninguno de ellos tiene precio, cada uno supuso para mí un antes y un después, un nada y todo a la vez, en alguno de esos instantes rompiste ese muro que me rodeaba y pasaste a ser tu quien me rodeó, creo que eso solo se vive una vez en la vida y por mucho que cueste admitirlo es algo que arrasa con todo lo demás, porque sin ese muro ya solo hay escalofríos, esos que vienen y van en cuanto me despisto un segundo y empiezo a pensar en ti, porque a día a de hoy no puedo evitar sentir la necesidad de que me abraces a cada instante, de poder alargar la mano y saber que estas ahí.