sábado, 15 de junio de 2019

Oliver


Ya va acabando el día, un día que desde hace 12 años era el comienzo de tus andanzas conmigo, tu que has sido mi amigo incondicional, esa otra parte de mi que me sosegaba y que me enseño a no pensar y a disfrutar del momento. 
Te has ido rápido, demasiado rápido, no pude reaccionar, ni en tus últimos momentos en la playa que tanto te gustaba ni mientras jugaba contigo por ultima vez, no quise conformarme con 12 años, porque ni en tus últimos días podía dejar de ver pasar tu vida como un sueño fugaz, recuerdo como si fuese ayer cuando llegabas ese 2007, en mi numero favorito, quizá fue coincidencia que te tuviera que soltar también un día 7 o quizá fue tu forma de quedarte para siempre conmigo.
Dejas ese vacío, de esos que estremecen por dentro, de los que te permiten aparecerte en mis sueños, buscarte a mi lado cuando paseo, echarte tantísimo de menos en ese mundo azul que tanto amamos o durante nuestras excursiones campo a través, desmoronarme cuando tantísimas personas me hablan de ti con tanta grandeza, te conocieran de siempre o de un instante.
Pero en el fondo sabes que durante todos estos años guarde todos nuestros momentos, fuiste ese gran maestro creador de momentos imborrables, de infinita ternura, de tremendas locuras, de paciencia sin limite, ese recogedor incansable de botellas, ese pozo sin fondo de glotonería.
No terminaría nunca de agradecerte cada una de las veces que hiciste lo imposible por distraerme de mi misma, apoyando tu cabeza en mi rodilla, poniendo tus patas sobre mi, trayéndome incansable la pelota, tampoco tu indescriptible paciencia mientras aprendía contigo las técnicas veterinarias, tantas y tantas cosas que ahora parecen un mundo y contigo fueron un suspiro.

domingo, 2 de junio de 2019

Senderos



Titubeando, poco a poco, vas viendo de que pasta estas hecha, de que pie cojeas y quienes te enseñan algo más que la palma de la mano.
Reuniendo, a pedacitos, a aquellos que te acompañan en el camino, convirtiéndose en esa gran familia que eliges para compartir diversos momentos de tu vida.
Agradeciendo, con la boca llena de palabras de gratitud y el alma repleta de sinceridad, apoyo y fuerza.
Sintiendo, recorrer por todo tu cuerpo el abrazo de los que siempre están ahí y de los que en muy poco tiempo logran dar en la clave para llegar tan dentro de ti.
Soñando, de nuevo, con esos pequeños instantes que te devuelven tu magia perdida, la esencia de cada gota que forma tu ser. 
Esperando, como en cualquiera de los anteriores giros inesperados, cómo tu vida se va moldeando y tu vas cambiando a pulsos.