viernes, 26 de octubre de 2012



Ahora siento frío, ese que aunque te abrigues no te libras de él, ese que te estremece con un escalofrío continuo, ese que te hace necesitar un calor especial. Me arrugo en la cama intentando que se me pase, doy vueltas sin sentido esperando que el escalofrío cese en alguna de ellas, miro alrededor buscando algo que no encuentro, algo que siento que falta pero no logro adivinar que es, quizá la cama sea demasiado grande para mi…

Sé que he dejado cosas atrás, que he sacado de mi vida cosas que quizás me hacían falta, que simplemente dejé que saliesen sin pararme a pensarlo y que quizá hubiese bastado con detenerlas para impedir que ahora falten. Cosas como que mi cabeza no retenga el paso anterior al dar el siguiente, que pierda el sentido al significado de palabras importantes, que olvide como tratar a los demás, que progresivamente fuese aceptando como bueno el no darle valor a lo que sentía, que me fuera creyendo la ilusión de que es mejor estar solo que aprender a confiar, en fin, tantas y tantas cosas que dejé volar…

Quizá en este momento me haya dado cuenta de algo, quizá quiera decirlo y no se como expresarlo, puede que intente transmitirlo de una forma diferente, de una forma que aun no logro comprender, así que probablemente tampoco puedan captarla los demás, pero lo estoy intentando, solo necesito pedirle a la vida que me de el beneficio de la duda y un poquito de paciencia para volver a recoger esas cosas que hace tantos años dejé escapar…

jueves, 18 de octubre de 2012

Quiero que me cuiden, pero no me dejo cuidar...
Quiero que me ayuden, pero no me dejo ayudar...
Quiero que me abrazen, pero no me dejo abrazar...
Quiero que me besen, pero no me dejo besar...
Quiero que me quieran, pero no me dejo querer...

Lo se, tengo un poblema y lo tengo que solucionar, hoy ya no, mejor mañana...

viernes, 12 de octubre de 2012

La vida va tan deprisa, que ni siquiera nos paramos a pensar


Hay veces que me hacen sentir que soy lenta, que vivo muy despacio y que no tendré tiempo para nada, yo les miro con cara de que no saben lo que dicen.

He tenido tiempo para asimilar cada cosa que he hecho, tiempo para ver como yo misma me hundía y encerraba pero también para reaccionar y salir a flote, tiempo para disfrutar con las personas queridas y para saber decirles hasta pronto, tiempo para no separar los ojos de los apuntes pero el mismo para disfrutar de una salida con amigos, tiempo para engullir unas comidas y saborear otras, tiempo para recorrer a la velocidad de la luz una ciudad y otro para admirarla tranquilamente, tiempo para dar el discurso del siglo pero también para decirlo todo con una mirada, tiempo sin dejar de mirar el reloj y el mismo para ir sin el, tiempo para saludos rápidos y más para largas conversaciones, tiempo con ansia de acabar un trabajo y otro con ganas de que no terminase, tiempo para escribir textos por partes en sitios insospechados o para poder sentarme y dejar volar mi imaginación, tiempo para estar presa del frenético ritmo de vida actual pero mucho más para que me pasen anécdotas divertidas e inverosímiles, etc. y etc.

Son tantas las cosas que ya he vivido como las que me quedan por vivir, me da igual no llegar a hacer todo lo que el resto hace, no me importa tener que intercalar cosas que me gusten más con otras que menos, todo lo contrario, ya que son estos cambios los que me hacen disfrutar de mi vida, así que sólo quiero conseguir hacer de cada una de mis vivencias algo nuevo y único que poder recordar, en vez de vivir sin sentido.

Soy feliz así, ¿Por qué cambiar?

miércoles, 10 de octubre de 2012

Que lástima vivir en una sociedad tan absurda...



Con lo fácil que serían las cosas siendo menos complicados, ¿por qué siempre se elige ocupar la cabeza con sandeces? Un día de estos voy a tener que tomar una decisión sobre todo esto, voy a tener que elegir seguir o desaparecer, taparme o no los oídos, aceptarlo o intentar cambiarlo, seguir impasible o reconstruirlo, si, ese algún día es poco probable que aparezca.

Mientras tanto aquí sigo, escuchando estupideces, viendo absurdeces y teniendo que decir sandeces a personas que ni siquiera escuchan. Hay días en los que me verás así y otros en los que soltaré mis borderías (que no son otra cosa que la forma con la que me libero de toda esa parafernalia). Muchos creen y me dicen que tengo que aprender a controlar mis borderías, en cierta manera sé que tienen razón, por muy asqueada que esté con esta sociedad ellos solo son títeres y no tienen la culpa, así que no tendría que pagarla con ellos. Aun así me da rabia, siento impotencia y me da coraje que algunas personas no se den cuenta de las cosas, no sean lo suficientemente despiertos como para ver la realidad de las cosas.

No pretendo ser ejemplo para nadie, no quiero ser una mensajera de nada (por mucho que el significado de mi nombre así sea), ni deseo tener sobre mí la responsabilidad de cambiar el mundo. Simplemente ansío la libertad de que me dejen ser como soy, tengo la esperanza de tener en mi vida lo que de verdad amo, quiero hacer con ella lo que sueña mi pequeña cabeza. Quiero reír o llorar sin sentido ni significado, saltar o tirarme al suelo, pasarme el día perdida por la calle o tumbada en la cama, que se me haga de noche leyendo o haciendo un puzzle, ponerme a bailar o cantar escuchando esa canción que me llega al alma, poner la cara de boba o que me brillen los ojos mirando el cielo, poder hablar contigo y que me des uno más de tus muchos consejos que tanta falta me hacen, escribir mis más hondos pensamientos y que aun así pueda respirar feliz.

¿Cómo una prodigiosa obra de ingeniería, como es el cuerpo humano, cuyas piezas ajustadas hasta en su más mínimo detalle son las que permiten que se lleve a cabo la tarea más importante de todas (vivir), es capaz de olvidar su capacidad y origen, hasta tal extremo de hacer cosas que no sólo no le favorecen sino que encima le perjudican?

P.D.: estoy bien (don’t worry), solo que hay veces que necesito sacar cosas fuera…