jueves, 28 de febrero de 2019


Cambios, a veces solo se trata de eso, de cambiar una o mil cosas, de darle la vuelta a tu cabeza y mirarlo todo con otra perspectiva, con otro tono de color, de llevar en una mano el miedo y en la otra tus sueños, de transformarlos en adrenalina y vivencias.
 La comodidad es el enemigo de la supervivencia, la monotonía se traga poco a poco lo que en el fondo tu aspiras a ser o hacer, es fiel amiga del temor a lo desconocido, a lo imprevisto, es esa que te absorbe por dentro y te pone trabas para salir de la cama.

El vivir aquí y ahora no debe confundirse con estancarse en un mismo sitio, una misma rutina, las mismas pautas de conducta, no, el ahora es disfrutar de lo que haces, sentir el pulso de la vida a través de todo tu cuerpo, tener la insaciable sed de conocimiento y preguntar lo que quieras saber, es saber reírse de uno mismo, incluso de los desaciertos, es ver el día a día como una nueva escena que espera verte crear, pero también saber apreciar los momentos de pausa, escucharte y descansar.
La vida es muchísimo más que simplemente moverte por ahí, es observar tu alrededor, es disfrutar persiguiendo tus sueños, es conocerte cada día un poquito más, es entender lo que te gusta y lo que no, es reír y llorar también, es comprender que la única persona que vivirá por ti eres tú misma, pero a la vez enriquecerte de cada cosa que te aportan los demás.

Estamos tan acostumbrados a vivir en una sociedad tan caótica, que siempre se nos olvida que provenimos de una naturaleza infinitamente cambiante, de unos seres vivos que se adaptan a los cambios de cada día sin que apenas se les note, de una biodiversidad tan inmensa y eficiente que a veces nos abruma, tanto que algunos la rechazan o la maltratan.
Lo cual se resume fácilmente en un sentimiento, el miedo, aunque tampoco pueden negar que se les escape por los poros la envidia. Es curioso que se presupongan como raza inteligente, cuando lo único que proyectan es destrucción y muerte, cuando se dejan dominar por papeles y piedras. Aquí seguimos, mezclados entre la muchedumbre, viendo cómo vamos aniquilando una a una nuestras posibilidades de supervivencia, lo cual es lo que toma resignada la mayoría de la especie humana. 

Sutiles diferencias entre tú y yo, no esperes a vivir tu momento sino que vive dando pasitos hacia él, no te sientas frustrado por no estar haciendo ahora mismo lo que quisieras hacer sino frustra tus intenciones de tirarte en la cama a ver la vida pasar y saca tus ganas locas de volar, no te sientas atado por tener siempre el mismo horario sino que dale rienda suelta a tu imaginación para hacer algo diferente en esa tu rutina, porque a todos nos gustaría navegar pero alguien tiene que construir el barco, y tu vida debe fluir con el mismo fin.

martes, 12 de febrero de 2019

A pesar del paso del tiempo, amo la dulce coincidencia por la que vivimos diferentes momentos en la vida. 
Así tenga que dejar de oír ciertas canciones, podré renovar mi repertorio. 
Aunque sea de lejos, me encanta añorar los instantes vividos. 
Se me quedó la piel insensibilizada, pero con una extensa memoria que me acompaña cada noche.

Cada poro de mi piel desprende, despacio, muy despacio, la esencia de mil caricias, que sin saberlo fueron recopilando para algún otro momento. 
Cada linea de mis labios devuelven, lentamente, el sabor de besos robados, que sin darme cuenta fueron degustando. 
Cada músculo de mi cuerpo guarda, impacientemente, la tensión de momentos inesperados, que disfrutaron. 
Cada una de mis células auditivas se estremecen, de repente, con intrigantes susurros, que hacen estremecer de la primera a la última célula de mi cuerpo. 
Cada vistazo al infinito, en momentos de pausas, refleja esa infinita sonrisa, que espero ilumine todas las mañanas.