domingo, 26 de mayo de 2013


Siempre, una verdad dicha puede significar darte cuenta del valor de todo aquello que forma parte de tu vida y a la vez de lo poco que lo tienes en cuenta, sea como sea, diga quien lo diga y se haga como se haga, las verdades duelen.

Basta una simple palabra, una frase soltada sin más, una mirada empleada con fuerza, un pequeño suspiro entre dientes, todo, todo aquello que decimos creyéndolo, puede tanto favorecer a unos como perjudicar a otros.

Solemos caer en la errata de que el ser humano es capaz de tener la verdad absoluta, cuando no se acerca ni remotamente a la realidad, a lo largo de nuestras vidas, cada uno busca su propia verdad, consciente o inconscientemente, ansiamos esa sabiduría propia, pero comúnmente olvidamos que solo puede ser alcanzada si recordamos que no hay que dejar de aprender cada día. Puede parecer una contradicción, pero no, cada ser humano que busca la verdad podrá obtener sólo su propia verdad, algo que solo podrá servirle a el mismo o incluso para apoyar en el camino de otros que quieran hallarla, pero el ser humano erra en creer que su verdad es absoluta y en querer imponerla por encima de todo y de todos.


En tu propia verdad siempre debe haber más de todo aquello que te muestra tu entorno que de conclusiones egocéntricas, deberías poder descubrir el valor de todo lo que te aportan cada día aquellas personas que forman parte de tu vida, de demostrarte a ti mismo todo lo que vales sin necesidad de menospreciar al resto, de ser capaz de compartir y aceptar a cada cual como es, de apoyarte en todo aquello que enriquece tu vida.

jueves, 23 de mayo de 2013

lunera


"Estaba tumbada en la cama cuando he notado tu presencia, alli arriba tan brillante como siempre, no recuerdo hace cuanto que no me fijaba en ti y me he reprendido a mi misma, recorde aquel primer momento en el que te vi y jure no volver a perderte de vista, fue cuando decidi desafiar a tu gran amigo el sol y sus leyes diurnas, entonces senti unas ganas locas de volver a recrear aquellos primeros momentos, es tarde, muy tarde, y las calles estan a oscuras, pero no importa, no importa porque tu estas ahi arriba iluminando mis ideas y ya no puedo parar, recorro la acera a tientas con la tenue luz que me prestas, pero ando con paso firme y directa a llegar lo mas cerca posible a ti, llego a la ribera del rio y me paro en seco, habia olvidado tambien esto, tu preciosa esencia reflejada en las suaves corrientes de agua, parece como si te movieras, como si bailaras para mi y quisieras que me olvidara de todo, me quedo un rato recreandome en esa maravillosa imperfeccion tuya, de repente despierto y me doy cuenta que aun estas algo lejos, asi que continuo, subo poco a poco y con esfuerzo esa empinada montaña, cuando al fin estoy arriba, agotada, miro al frente y ahi estas, tal y como siempre hemos estado, una frente a la otra, cara a cara, yo dejando que mi cara se ilumine con tu belleza y tu ansiando verte reflejada en mis pupilas"

viernes, 10 de mayo de 2013


A ti ser de confianza plena, de bondad eterna y fuerza inigualable, a ti y solo a ti me ofrezco, deja que te diga todo lo que llevo dentro, sin guardarme nada, deja que comparta contigo todo aquello que ya sin ti no tendría sentido.
Podría no decir nada, no pensar en ello, simular que me da igual, hacer como si no me importase, pero en el fondo sé que no puedo evitar que se me erice el pelo, que se me bloqueen las piernas, que intente hablarte o tocarte, que tu mirada me transmita por todo lo que pasas y que se me escape una y otra vez esa lágrima, ya tan tuya como mía.

Te imagino feliz, brincando por ahí, sintiendo como la brisa te recorre, disfrutando de los tuyos o durmiendo al sol, pero ambos sabemos que las cosas no son así, tu vida no es nada de lo que nos gustaría a los dos. Me miras y solo ves uno más, uno de esos que te impiden salir, yo te miro y veo en tus ojos todo aquello que te gustaría decir, noto tu respiración entrecortada esperando lo irremediable.
Me gustaría poder decirte tantas cosas, poder hacer por ti más de lo que hago, desearía que no tuvieras que pasar por el mismo sitio que tantos y tantos antes que tu pasaron y pasarán después de ti, me encantaría darte aunque solo fuera una razón aceptable que justifique lo que hacen, decirte que no se va a volver a repetir, pero no puedo, solo puedo acompañarte, darte la mano, seguirte y ver como te hacen dejarme.

Somos un amasijo de preguntas sin respuesta, de dudas acumuladas, de pelos y entrañas, de recuerdos, de seres olvidados, formamos parte de esa interminable fila de suspiros y sonidos soltados al aire, recorremos rincones donde nos acurrucamos, pasamos juntos por todo, pero sé que te vas, que ya te has ido, aun así, no puedo, ni siquiera hoy, dejar de sentirme tuya eternamente.