miércoles, 5 de diciembre de 2018

No te diste cuenta



Quise amarte mas de lo que yo misma entendía,
quise cuidarte cada día como si fuera el primero, 
quise demostrarte con hechos todo lo que para mi suponías, 
quise ser un poquito mejor a cada paso que daba a tu lado, 
quise disfrutar cada segundo como si no pensara en el mañana, 
quise hacerte reír a carcajadas para que nuestros días no acabasen nunca, 
quise conversar contigo cada noche hasta que mis párpados me podían, 
quise formar parte de cada aspecto de tu vida,
quise compartir mis sueños contigo, 
quise vivir contigo desde las cosas solo nuestras hasta las cosas mas cotidianas, 
quise hacer tantas cosas y no te diste cuenta...

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Si un dia...








...sientes un escalofrío, será porque te estoy abrazando como si no fuera a soltarme.

...se te humedecen los labios, será porque estoy besándote despacio como si fuera lo único que me quita la sed.

...notas frío bajo las sabanas, será porque acabo de llegar y me acurruco entre tus brazos como si fueras mi almohada.

...te parece escuchar de repente algo, será porque te susurro al oido aquello que solo tu sabes.

...entras en el ascensor y sientes ese calambre, será porque desde ahí empiezan las chispas al entrelazar nuestros cuerpos.

...encuentras una nota, será porque no pude resistirme a verte sonreír.

...recibes ese video, será porque no pude evitar acordarme de ti.


Pero si un día ya no es suficiente y me pides que me vaya...me marchare...no me opondré a lo que decidas hacer con tu felicidad.



martes, 20 de noviembre de 2018

I know nothing



Tras muchos vaivenes aquí están, frente a frente, coraje y desesperación, como si de viejos amigos se tratase, se observan como sabiéndose todo el uno del otro, cuando realmente no saben nada.

Empecemos por la segunda palabra, porque es lo que fluye más rápido, lo que tarda menos en apoderarse de todo y lo que arrasa allá por donde pasa. Mi vida, ese entresijo de quieros y no puedos, del ellos antes del yo, de los dejo todo para acudir a vuestra llamada por lo mío ya lo haré en otro momento (aún sabiendo que quizá nunca sea el momento), de intentar mantener la casa limpia aun retrasando tu propia limpieza, de gastar lo primero que tengo por veros sonreír por no me compro nada para ahorrar hasta el último céntimo, de llegar a un punto de insensibilidad en el que ves que todo se desmorona y tu no sientes nada…

Continuemos por la primera palabra, debiendo ser paciente para esperar que las ideas vayan saliendo de ese lugar acorazado con una cerradura de la que jamás nadie encontró la llave maestra, pero que aún así su poder es tal que por un solo resquicio es capaz de levantar montañas y mover océanos. Mis momentos, esos instantes de hacer y crear, de las palabras de aliento frente al espejo,  de lágrimas en tus mejillas mientras le das una oportunidad más a tu mente, del tremendo esfuerzo cuando llevas tus fuerzas al límite, del hoy un poquito más que ayer pero nunca más que mañana…

Terminemos con el hacerte creer a ti misma que alguien entiende lo que escribes, que ahora mismo en cualquier otro lugar del universo hay alguien que traspasa la secuencia de letras y es capaz de comprender el mensaje oculto en tu cabeza, que saben descifrar el delgado equilibrio que implica estar vivo...

jueves, 8 de noviembre de 2018

A mi


Te miro y siento que eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Amo todas tus manías, hasta las que incluso tu odias. Cosas como abrazarte cada mañana como si no lo hubieras hecho antes o si no lo fueras hacer mas, despertarte y mirar al infinito durante los minutos que tardan tus neuronas en desperezarse, desayunar con la parsimonia de un perezoso, mover la cabeza a los lados después de estornudar, tus mil y una sonrisas por cualquier cosa (por coger esa taza que lleva un mensaje original o alentador, por escuchar el sonido de los pájaros, por ver a ese perro pasear, por el olor que te trae la brisa, por ese diminuto bichito que se abre paso en su mundo de gigantes, por querer sacar esa sonrisa en las personas que te cruzas, por ver las olas en la orilla, cuando el sol te da la bienvenida al nuevo día o se despide al acabar...), esos abrazos eternos sin mas, el interés que le prestas a todo y todos sea de tu agrado o no, la pasión que pones cuando algo te encanta, la capacidad que tienes de abstraerte del mundo mientras cocinas o tu cara de placer cuando te lo comes, los detalles irrepetibles que solo tu eres capaz de sacarte de la manga, cuando estas con alguien y le haces sentir que no importa nada mas, el corazón que forman tus labios, la falta de docilidad de tu melena, agarrarte de la camiseta al acostarte por si a tu subconsciente le da por soltarte.
Pero también amo tu otra parte, eso que siempre quieres borrar de tu día a día, de tu trayectoria, de tu mente, de tu vida, esas que quieres esconder. Cosas como esa falta de tacto al vivir injusticias, los momentos de querer desaparecer, tus ratos de necesaria soledad, el ensimismamiento mientras lees un libro o cuando escribes, las verdades sin filtros que sueltas por esa boquita, cuando todo tu exterior dice huye de mi pero tu mirada pide a gritos ayuda, guardar esas cosas que te recuerdan momentos únicos que tu memoria no logra retener suficientemente, priorizar lo que puedes o no permitirte.
Te amo porque te demuestras cada día que coraje y miedo pueden ir de la misma mano, que no pasa nada por ser unos días esa persona risueña que contagia a todos el disfrutar de la vida y otros días aquella que mantiene el tipo con su pesimismo, porque simplemente eres una persona real que hace tiempo entendió que la cuestión no es estar siempre al pie del cañón, si no saber tumbarse sin llegar a enterrarse completamente, y quien no lo entienda aun tiene una puerta que pide abrirse.
Estoy aquí, estamos aquí, y no me veras irme pase lo que pase y hagas lo que hagas, no habrá mas kilómetros que puedan separarnos, ni maletas capaces de empaquetarnos, no será posible dejar de estar aquí ni ahora ni nunca, por mas trabas que tu mente pueda crear. Así que sal, vete o quédate, porque no hay diferencia, solo haz lo que creas que necesitas hacer y deja que tu cuerpo disfrute de lo que tu mente tiene preparado para ti.


jueves, 25 de octubre de 2018

Me bajo



Deja que te de mi punto de vista, mientras me encaramo a la cresta de la ola de la vida, con la sana intención de poner los pies en reposo en tierra firme. Esta ola tiene un mecanismo difícil de mantener, requiere de muchas partes que se entrelazan al unísono, pero extrañamente lo hacen con relativa facilidad. Quizá el fallo se encuentre en que no sabemos repartir equitativamente las fuerzas que proporcionamos a cada una de dichas partes. En su esencia todas pesan lo mismo, pero dispuestas en tu cabeza la cosa cambia bastante, una vez más nosotros decidimos cuales de ellas destacarán en nuestra vida y cuales lo harán menos.
Por mi parte, creo que no he logrado nunca enganchar bien la ondulación de inicio, en cada uno de las olas de mi vida he ido sorteando los rompeolas de un fluido que nunca acabó de avanzar con continuidad. Sorprendentemente, a pesar de todas las caídas, la ola sigue a duras penas su trayecto, con sus cicatrices y huellas a modo de parches temporales que al paso que voy tendrán que aguantar bastante el tipo.
Una vez más, circula despacio, viéndome en el filo de la cresta de las indecisiones, sabiendo lo que pasará y que no tiene necesidad de reducir su altura. Porque la mente es un especimen tan previsible como el crecimiento de una planta, todas esas fases por las que pasan nuestros pensamientos no son más que una rutina de bloqueo y desbloqueo, algo así como un reinicio desde aquello que en algún momento supiste controlar, con la única finalidad de reponerte o abandonarte. Tú te quedas en medio, el tiempo que te dé la gana, ya según seas más o menos masoca contigo mismo, nuevamente elegir uno u otro depende de nosotros, ¿pero qué o quién dictamina si pasas mucho o poco tiempo en ese limbo?
Nada ni nadie puede decirte una respuesta más valida que la que tú mismo estés pensando, el tiempo es tan relativo como el cambio de las estaciones actualmente, por lo que solo puedo darte mi humilde punto de vista. Dada mi experiencia en sobrellevar estos limbos, al final llegaré a un punto en el que me acostumbraré tanto a estar en ellos, que quizá los busque inconscientemente. Hay cierto grado de satisfacción en tan tremenda locura, se hace necesario poder mandar todo y a todos a paseo, porque ¿qué carajo le importa a nadie si me tomo un tiempo para mi? ¿acaso no hice suficiente todo ese tiempo atrás? ¿no me lo merezco?
Pero he de seguir siendo sincera conmigo misma, porque sin eso si que no sería nada. Por ahora, quisiera no olvidar, que en el fondo de mi mente, sé que se está mejor al otro lado, cuando abandonas el círculo vicioso de autocompasión y victimismo, dejas de alabar a tu ombligo y de considerarte dueño y señor de tu propia vida. Cuando te acercas a ser lo que tú mismo querrías para ti, no por esperar que alguien te devuelva nada, sino porque vives convencido de lo que haces y eso te llena por dentro hasta límites insospechados.
¿Y por qué no?

miércoles, 17 de octubre de 2018

Otoño


Ya está aquí, se instala despacio pero sin pausa, después de 6 años lo ves venir en la tierra que te vio nacer, recuperando esa brisa marina en tu piel y el olor del mar en tus entrañas.
Cuando estas tanto tiempo fuera, cambiando tu vida a una ciudad de interior, al volver ya nada es igual, cada cosa que en tu infancia vivías sin más, ahora despierta en ti sensaciones olvidadas y es capaz de soltar nudos que ni siquiera sabias que tenías.
Una gran parte de ello se debe indiscutiblemente a la cercanía con el mar, ese inmenso océano del que vivo enamorada desde que tengo uso de razón, no concibo la vida sin estar a su lado, sin poder sentir el sol o disfrutar del reflejo de la luna, sin ganar minutos de salud caminando por la playa, sin disfrutar de la vida que acompaña en sí mismo y a su alrededor.
Otra gran parte es poder estar con la familia y los amigos, esas personas que saben más de ti que tú misma y eso indudablemente ayuda mucho a tu relajación interior. Pero también el simple y llano sentir del modo de vida de esta tierra que me vio nacer, de una Andalucía trabajadora, risueña y a la que jamás se le acabaran los motivos para salir cada día a disfrutar de la vida.

Por sus andares relajados, por el especial concepto del tiempo, por el constante murmullo de risas, porque la multiculturalidad que abarcamos nos puede hacer viajar sin movernos del sitio, por la unión de montaña, pueblo, playa, ciudad y parajes naturales, porque si buscas algo lo encuentras, para mí no hubo ni habrá mejor profesor que esta tierra.

jueves, 11 de octubre de 2018

Consuelo



Te busco aunque no sepa si lograré encontrarte,
dime que ya pasó y que al menos te sirvió para algo,
que pudiste ver entre las sombras y que seguiste adelante,
que ya no me aparezco al despertarte ni al acostarte,
que solo si te descuidas paso fugazmente por tu mente
y que te saco una sonrisa,
dime que has podido dormir todas las noches del tirón,
que no te tiembla el pulso al oír mi nombre,
que paseas sin sobresaltarte,
dime que cocinas sin escalofríos,
que logras ver la tele sin sentir ese inmenso vacío,
que visitas esos lugares con tranquilidad,
dime que no te absorbe el frío al desvestirte,
que no se te humedecen los ojos al encontrar algo mío,
que tu mirada no muestra el inmenso espacio que hay entre
tu mente y tu corazón,
tan solo dime que lo lograste...

viernes, 14 de septiembre de 2018

Rescatar-me




No es nada nuevo decir que a veces algunas personas tienen la suerte de compartir sus días con seres especiales, que viven esa sensación inaudita de poder hablar sin tener que decir nada porque solo un gesto o una mirada bastan, que logran presenciar en primera persona el instante en el que se cruzan con alguien que pone su vida del revés y en el que se olvidan hasta de cómo tener los pies sobre el suelo, que tienen la fortuna de poder despertar cada mañana con su olor y sabor preferidos, que se estremecen cada vez que reciben un abrazo inesperado por la espalda o ese dulce beso en la comisura de los labios…

Tampoco es nada nuevo que nada dura para siempre, sin embargo extrañamente son pocos los que realmente lo valoran mientras viven estos momentos. Sea como sea, siempre solemos decir que bendito y odiado sentimiento es aquel que te puede dar y quitar tanto, pasando todo antes de que te des cuenta siquiera de lo que ocurre. Quieras o no, al final acabas siendo cómplice de su locura, te dejas llevar y arrastrar por el como si no existiera nada más en la vida, nunca te da tiempo a recoger nada para el camino y al final acabas tremendamente vacío, inexplicablemente más de lo que en algún momento anterior estuviste…

¿Y después qué? Queda recomponerse en uno de los pequeños pedacitos supervivientes, recolocar los fragmentos de lo que un día fue la vida que esperabas tener, recuperar los sueños que algún día pasado tuviste y que andarán guardados en vete a saber qué rincón del mundo, reaprender lo que esperabas que la vida te hubiera enseñado ya, reutilizar los consejos que antes dabas aunque ahora te resulten irrealizables, reagruparte con aquellas personas que siguen apoyándote a pesar de todo, rediseñar aquello que un día te hizo disfrutar de la vida…


martes, 11 de septiembre de 2018

Paso a paso



Cuando casi ves el final cuesta seguir avanzando pasito a pasito, te entran las prisas y al final los pies se tropiezan solos, se te olvida que los pasos amplios cunden más que mini pasos atropellados, que hay que darle un par de vueltas a las cosas antes de lanzarte de cabeza al vacío sin paracaídas, porque al final los resultados pueden no ser los que uno espera.
Algo parecido ocurre con las personas que nos acompañan en el camino, unas están en cada paso y otras no, pero se nos olvida que no es elección nuestra si no suya, que cada cual se relaciona con los demás cuando quiere y de la forma que sabe, no hay una fórmula mágica ni universal pues cada uno conserva aquello que le aporta beneficio en la vida de la mejor manera que conoce.
También pasa con nuestro amor propio, ese gran desconocido para casi todos, después de tantos momentos vividos para los demás se hace realmente extraño vivir alguno para uno mismo, porque no te abandona esa sensación de querer compartirlo con alguien, no desaparece esa falta de individualismo, al contrario, es como si no entendieses ni fueras capaz de ser de esa manera.
El tiempo puede ser a la vez aliado y enemigo, en el mismo momento en el que sales por la puerta cada día te enfrentas a su doble realidad, pero aun así lo haces, con dudas, con las piernas temblando y el alma a rastras, porque el coraje es tu bandera de identidad y lo único que no debemos perder nunca es a nosotros mismos.

martes, 7 de agosto de 2018

Desconocida reconocida



No lo sabes, pero hoy te observé, cómo quien mira desde fuera  por tu ventana, te vi en esos momentos en los que crees que nadie te observa, y quisiera compartir este privilegio.
Amanece cuando los rayos del sol entran tímidamente, colándose por la rendija de tu persiana, acariciándote suavemente los párpados, hasta que se vuelven insignificantes cuando abres los ojos. Te desperezas, miras el móvil, piensas en pedirle un instante más pero amas al peludín que hay a tus pies y sabes que se merece ese pequeño esfuerzo antes de irte a trabajar, porque te saca la primera sonrisa de cada día.
De camino al trabajo, buscas esa canción que termine de despertarte, que te haga ameno el viaje, que te invite a canturrearla y que saque esa segunda sonrisa antes de empezar la jornada. Pasas el día haciéndolo lo mejor posible, preocupándote por ellos sin pestañear, buscando la manera de que estén lo mejor posible, ya se ocupara alguien de lo demás. Si a alguno de tus compañeros les hace falta algo saben que allí estarás, por ti las injusticias no pasan en balde y sabes bien cómo hacerte escuchar.
De vuelta a casa, vuelves a entonar con esa música que te hace vibrar, te preocupas de hablar o escribir a las personas que quieres para saber cómo están, llegas a casa y saludas con entusiasmo al peludín que comparte tus días, limpias la casa como si no te costase nada y te vas un rato a la piscina para tomar el sol. Sacas a tu peludín, te duchas y te acurrucas en un rincón del sofá, pones la tele y revisas las redes sociales, con esa tranquilidad con la que inundas la casa de arriba abajo.
Anochece sobre ti cuando deslizas el pijama por encima de tu piel, mientras pones la alarma, le das las buenas noches a tu peludín, te acomodas relajada en la cama y cierras los ojos con una sonrisa en tu boca. Cómo sabiendo que eres una de esas pocas personas, única y especial, alguien preocupado por la actualidad y los suyos, que demuestra con su ejemplo el mundo en el que quiere vivir.
No me importa que esto empezase de forma tan casual que ni siquiera lo pensáramos, todos deberíamos ser y conocernos tal y como somos desde el minuto cero, porque así nos ahorraríamos muchas horas vacías y viviríamos con intensidad cada momento.

lunes, 4 de junio de 2018

BASTA



Querido, qué digo, odiado rincón oscuro de mi mente, tengo algo que decirte, vete un poquito a la mierda, y si, literalmente, métete de lleno en una jodida boñiga y púdrete para siempre, ni se te ocurra asomar ni una puta vez más. Que sí, di todo lo que quieras, ya no vas hacer más efecto en mí del que me hace una leve brisa, ya no vas a lograr doblegarme a tu voluntad como siempre haces, me niego a ser ni un segundo más cómplice de tu arrogancia y egoísmo, vete con tu hipocresía a cualquier sitio donde yo no esté presente, y cuantos más kilómetros pongas de por medio, mejor que mejor.

Aléjate de mí porque no respondo de lo que pase a partir de ahora, aléjate de mi infinita paciencia porque la desgastaste hasta límites insospechados, de mis estados anímicos múltiples porque hiciste que superen a cualquiera de los picos montañosos existentes  en este planeta, de mis planes a lo loco y mis regalos inesperados porque los sepultaste bajo inexplicable indiferencia, pasa de mis palabras de consuelo porque las convertiste en insignificantes, de mis chistes malos en cualquier momento porque los jodiste con tu falsa sonrisa, de mis noches en vela suspirando por mis sueños porque no serás capaz de demolerlos, ni siquiera de arañarlos, ni una vez más.

Dejo de estar disponible para tus juegos desesperantes, para tu visión simplista y egocéntrica de la vida, para ver cómo te regodeas de mis caídas o cómo me empequeñeces en mis días malos. Me voy a dónde sé que se me respeta y valora sencillamente por lo que soy, dónde me escuchan y mantienen conversación conmigo, dónde me demuestran que soy algo más que carne y huesos colocados sin más en este mundo de locos. Abrazaré la vida que quiero llevar, me sentiré afortunada de aquellas personas que se sienten agradecidas de tenerme en su vida, disfrutaré de mi afán por ayudar en todo lo que esté a mi alcance, me enamoraré de los lugares que tenga la suerte de poder visitar y esperaré lo que merezco con la mayor plasticidad que pueda.

Yo le daré prioridad a ser esa persona amable, risueña, soñadora, detallista, de reacciones imprevisibles e inseguridades ocultas tras una fortaleza moldeable, a esa que se desvive por los suyos, igual que lo hace consigo misma. ¿Y tú? Tu puedes quedarte en la boñiga hasta que te descompongan en partículas tan pequeñas que se camuflen y pasen tan desapercibidas como un grano en mitad del inmenso océano, porque no puedo vivir si sigo dejando que vengas a atormentarme una y otra vez con tus fantasmas.

jueves, 12 de abril de 2018


Supongo que ya lo habrás sacado en clave de mis escritos, pero sigo necesitando sacarlo de mi, como quien desecha ese poso del culo de las botellas, porque en el fondo incomoda. Crecí con una personalidad profundamente pesimista, mi adolescencia me sirvió para acabar odiando esa parte de mi que lo ve todo negro, es inevitable que me cueste expresar lo que pienso y siento, en mi infancia esos aprendizajes brillaron por su ausencia, ahora que voy diseccionando este entrecruzado neuronal que es mi cerebro, sigo tomándome mi tiempo para expresar las cosas, lo primero que me pasa por la cabeza lo desecho como si fuera un náufrago a la deriva, porque sigue estando ahí ese pequeño rincón oscuro que todo lo traga y no quiero dejarle crecer ni por un mili segundo.

A veces no es bueno querer saberlo todo, preguntar hasta ahondar en los cimientos de algo puede devolverte una verdad dolorosa que no quieras oír. Cuando tomamos decisiones lo hacemos por muchos factores, unos serán agradables y otros no, ya no sólo para la persona que tuvo que tomar la decisión sino para aquel que indaga en los porqués. Pase por un dolor que para mi era insoportable, de esos que las drogas no son capaces de eliminar, en ese momento necesitaba sentir algo, lo que fuera, pero que pudiese controlar, decidí hacerme un tatuaje en un sitio doloroso para que me devolviera a la realidad y dejar de ver pasar los días y meses, sin mas, decidí hacerlo sobre algo que inevitablemente me iba a recordar el origen de ese dolor tan profundo porque fue mi absurda manera de intentar ser lo suficientemente valiente cómo para sobrevivir con él. Lo se, no tiene ningún sentido, pero aun así lo hice y me sirvió para dicho fin, se convirtió en recuerdos imborrables.

Otras veces, aunque creemos que hacemos bien en no dejar de ser como queremos ser, tras ver lo que la sociedad aporta, uno se cansa de nadar a contracorriente, de ser esa persona discordante. Es entonces cuando decides mandar todo a la mierda, sacar las piedras del muro, dejar de estar disponible y tomarte un tiempo para ti mismo. Porque olvidas procurar darte todo lo que proporcionas a los demás, esa mirada con sincera comprensión, ese abrazo sin mas, ese "estoy aquí y no importa nada mas", el remover cielo y tierra por estar donde quieres estar o de hacer lo que deseas hacer, ese saludo en cualquier momento solo por saber de alguien, porque siento que la vida debería ser algo mas que mi infinito rompecabezas.