domingo, 6 de marzo de 2011

¿Así?


¿Mi vida actual? El estudio
¿Mi razón de vivir? Llegar algún día a ser lo que quiero ser
¿Mis prioridades? Ver felices a los que me rodean
¿En mi cabeza? Un torbellino de cosas
¿En mi corazón? Muchos agujeros buscando el hilo que les una
¿En mi espíritu? Alma en busca de la forma de expresarse, de hacerse querer tal cual es
¿Algo más? Intentando evitar no pensar en este mundo insostenible en el que vivimos

Las subidas y bajadas son normales, es lo que hace que una no se duerma en los laureles, que la vida no se convierta en un abrir y cerrar de ojos monótono, nos hacen humanos, si se consigue dar en cada una lo mejor de uno mismo puedes llegar a armonizarlas y vivir mas equilibradamente. Es en los momentos de subida cuando una debe pensar y razonar porque vienen los bajones, para intentar una vez venga tener el aprendizaje para sobrellevarlos. Porque ahora que me cuesta el doble estudiar química, me doy cuenta de que los años pasan, que nuestras cualidades se pierden si no se cultivan y que la culpa de ello es solo mía. Es ahora cuando apenas quedan 3 meses y medio para las pruebas, que las malas sensaciones me inundan, que el camino se vuelve nubloso y me hace dudar, cuando realmente vuelve a mí ese eterno sentimiento: miedo.

Porque esa razón de vivir se antoja surrealista cada día que pasa, porque sino fuera por la gente que me apoya no tendría sentido insistir, porque a cada momento agradezco el tenerles, el poder hablar siempre que lo necesito, porque a pesar de todo, a pesar de que mi primera opción es callar no desisten, no me sueltan y mantienen su mirada fija sin dudar, porque sino hace mucho que no tendría nada. Porque se que decida lo que decida y haga lo que haga siempre voy a tenerles a mi lado.

Gracias a ellos, esa madre que me escucha, ese padre que no descansa, esos hermanos que luchan por encontrar su propio camino, esa mana incansable que no deja que esta loca desvaríe más de la cuenta, ese peque que me robó el corazón solo por no dejarme ir, esos amigos que mantienen conversaciones interminables con esta mente infranqueable, o los que me secuestran de estas frases para sacar con sacacorchos las palabras de mi boca, por todos ellos daría la vida sin dudar, por ellos haría lo que fuera, porque viéndoles reír soy feliz, porque les debo tanto, soportan mucho más y me piden tan poco.

La lucha de mi mente, el torbellino mental que recorre una y otra vez mis pensamientos, tanto que un día me alegro simplemente de que el sol toque mi mejilla, de que me mires, de quedarme abstraída en las nubes, como otros me molesta hasta el aire que respiro, los pasos que recorro, la ropa que llevo y el no poder abrazarte. Ese gran enigma que algún día espero lograr resolver.

La rebelión de mi corazón, la palpitación incesante de ese órgano que se esconde del mundo, los restos de algo que alguien quiso revivir, no se cuantas veces se paró, no llevo la cuenta de las veces que lo escondí, algo que necesita verdadera dedicación para recomponerlo y que la mayoría de las veces no le doy la importancia que se merece. Ese gran desconocido, tanto por mi como por el resto, algo que lleva conmigo desde el principio y del que no se le conoce ni el nombre. Solo espero no llegar tarde a su reencarnación.

Yo, mi ser, mi alma. La evolución más trascendental sin duda fue el poder ver mi reflejo con la sonrisa en la boca, y no podría dejar de agradecer a esa persona que confió lo suficiente en mí como para no ceder hasta conseguirlo. Me queda mucho por aprender, por conocerme a mi misma tanto como pueda, porque me hace falta llegar a ser quien de verdad soy.

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