Estoy feliz y cada día doy gracias por ello, por poder
disfrutar de la vida con plenitud y salud, por ser capaz de aprender en cada
momento que vivo, por poder disfrutar de cada ser vivo que me rodea, por cada
una de las cosas que tengo, por cada rincón al que he podido ir, por todas
aquellas personas que forman parte de mi vida y también por las que me han
aportado tanto a lo largo de mi recorrido, aunque ahora ya no estén del mismo
modo.
Tengo sueños y esperanzas, deseos e ilusiones, quiero
obtener vivencias que aun no he podido realizar, pero todo ello no me angustia,
no lo veo como algo que me falta sino que es algo que llegará y tendré en mi
vida, tarde o temprano, por ello vivo cada día agradeciendo la vida que tengo,
la vida que quise, quiero y querré vivir.
Desecho todo lo posible la idea de ocupar una sola de mis
neuronas con pensamientos de lo que me falta, insistiendo continuamente en
llenarlas de todo aquello que me hizo, hace y hará feliz a lo largo de mi
camino, pensando constantemente en como, en donde y en qué mundo quiero vivir,
intentando no apartarme demasiado de la idea que espero.
Confío plenamente en la persona que soy, en esa que aprende
cada día mientras mira a los ojos de aquellas personas con las que se cruza,
sonríe al sentir la energía que le transmite el sentirse en paz, escucha cada
una de las vibraciones que recogen sus oídos, valora cada paso que dan los
demás y también ella misma da, aunque no sea hacia el mismo lado, disfruta de
cada ocasión como si fuera la primera y única vez, se deja sorprender cada día
por los miles de sentimientos que es capaz de sentir, respira bocanadas de
alegría para mantenerse firme.
Comprendo y valoro cada cosa y ser que me rodea, por lo que
son, por lo que aportaron, aportan y aportarán a mi vida, me quedo con lo bueno
de todo lo que significa para mi, gasto mi tiempo en aprender y ser mejor
persona cada día, por mi y por todos los que confían en mi, experimento todo lo
que la sociedad da, lo bueno lo disfruto y con lo menos bueno consigo una y
otra vez que no se me olvide afianzar mi seguridad de erradicarlo o
modificarlo.
Sonrío a la vida por todo lo que me ha permitido conseguir,
por los grandísimos y buenos momentos que me ha hecho vivir, pero también por
los oscuros y desvanecidos días de desilusión, porque me han hecho darme cuenta
de cuanta suerte tengo en la vida y me ha dado el poder de aferrarme aun más a
lo que me mantiene viva.