Hay quien se dedica a dar charlas sobre el tema, quien
cree tener ya las lecciones tan aprendidas que puede aconsejar sobre ello,
quien piensa que reconoce todos los recovecos que esconde, quien opina que ya
no hay nada que le pueda sorprender o pillar desprevenido, ilusos...
Quien diga que sabe todo lo que se puede saber sobre el
amor, es que realmente no sabe absolutamente nada, porque no es algo inmóvil ni
estático, no se le puede poner límites ni establecer pautas a seguir, no hay
ningún sendero que le marque su recorrido ni lugar al que pertenezca, lo mismo
un día crees reconocerlo y al siguiente vuelve a ser ese gran desconocido, que
aparenta tener tantas cosas que ofrecer como daño puede ser capaz de producir.
Tiene tanto poder dentro de nosotros que sale y entra a su
antojo, se lo permitamos o no, ahí estará rondándote, observando como presumes
de él pero también viendo como le despotricas en malas rachas o le añoras como
un bebe con el tiempo, estará ahí tanto cuando quieres soledad como cuando te
cruzas con alguien, al igual que seguirá observándote cuando solo creas que el
olvido se apodera de ti, se reirá de ti cuando sonrías satisfecho creyendo que
lo tienes mantenido a ralla al pensar que lo conoces bien, te ofrecerá su
hombro cuando vuelvas a preguntarle por qué, se ausentará cuando busques
intensamente y aparecerá cuando le pidas que ya no más.
Así, hoy aquí y mañana allí,
disfruta, vive y sueña cada día.