martes, 12 de febrero de 2019

A pesar del paso del tiempo, amo la dulce coincidencia por la que vivimos diferentes momentos en la vida. 
Así tenga que dejar de oír ciertas canciones, podré renovar mi repertorio. 
Aunque sea de lejos, me encanta añorar los instantes vividos. 
Se me quedó la piel insensibilizada, pero con una extensa memoria que me acompaña cada noche.

Cada poro de mi piel desprende, despacio, muy despacio, la esencia de mil caricias, que sin saberlo fueron recopilando para algún otro momento. 
Cada linea de mis labios devuelven, lentamente, el sabor de besos robados, que sin darme cuenta fueron degustando. 
Cada músculo de mi cuerpo guarda, impacientemente, la tensión de momentos inesperados, que disfrutaron. 
Cada una de mis células auditivas se estremecen, de repente, con intrigantes susurros, que hacen estremecer de la primera a la última célula de mi cuerpo. 
Cada vistazo al infinito, en momentos de pausas, refleja esa infinita sonrisa, que espero ilumine todas las mañanas.

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