domingo, 2 de junio de 2019

Senderos



Titubeando, poco a poco, vas viendo de que pasta estas hecha, de que pie cojeas y quienes te enseñan algo más que la palma de la mano.
Reuniendo, a pedacitos, a aquellos que te acompañan en el camino, convirtiéndose en esa gran familia que eliges para compartir diversos momentos de tu vida.
Agradeciendo, con la boca llena de palabras de gratitud y el alma repleta de sinceridad, apoyo y fuerza.
Sintiendo, recorrer por todo tu cuerpo el abrazo de los que siempre están ahí y de los que en muy poco tiempo logran dar en la clave para llegar tan dentro de ti.
Soñando, de nuevo, con esos pequeños instantes que te devuelven tu magia perdida, la esencia de cada gota que forma tu ser. 
Esperando, como en cualquiera de los anteriores giros inesperados, cómo tu vida se va moldeando y tu vas cambiando a pulsos.

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