sábado, 20 de febrero de 2010

Mi interior

Si algo te molesta, algo te inquieta o tienes muchas cosas en la cabeza ¿qué sueles hacer?
Me dirás, fácil ¿no? Pues para mí no
Normalmente en estos casos consideramos el hablar con alguien con el que te sientas cómoda, ya que no importa en qué etapa de la vida nos encontremos, siempre existe una parte nuestra que necesita de la comprensión y ayuda de alguien con más experiencia o simplemente que te escuche


Sinceramente sé que es un recurso valioso el visitar o telefonear a alguien para expresarle tu gratitud por pertenecer a tu círculo de confianza, mi problema NO es el no tener a nadie de confianza con el que me sienta cómodo, al contrario, es que para mí es difícil mostrar mi interior libremente, supongo que la culpa es mía por haber creado una barrera en un determinado punto de mi ser, tras el está lo mejor de mí, la persona que soy y seré siempre aunque intente camuflarla la mayor parte del tiempo, podrías preguntarme: ¿entonces que queda fuera de esa barrera? ¿Qué es lo que conocen los demás?

Queda una pequeña porción de mí tapada con un disfraz, con una careta, con una armadura, con años y años de desconfianza, y en definitiva una persona inventada por mi mente para agradar a los demás
Esto sencillamente quiere decir que muy pocas personas conocen a Iris tal y como es, hay veces en las que me dejo llevar y se forman grietas en la barrera, salen pequeños hilos de mí ser y eso reconforta a mi mente, cansada ya de tanto control, cansada de que retrase el tratamiento de mis problemas o de que le exijo demasiado, porque es indicio de que mi vida carece de equilibrio, algo difícil de conseguir

Esa barrera además de haber sido creada por mí misma, también han contribuido a forzarla las situaciones y momentos que he vivido, los que han hecho fortalecer mi carácter dubitativo y desconfiado y recluir mi alegría, mi espontaneidad, mi inocencia, mi niñez tras la barrera, creando un sentido de la precaución muy fuerte en mi interior, este me ahorra más sufrimiento pero tiene grandes inconvenientes, me hace perder oportunidades, me hace no vivir la vida plenamente, me aleja de los demás y me acurruca en la soledad
Fuera de la barrera muestro menos de lo que soy, tiene la ventaja o inconveniente de que suelo ser excesivamente generosa por naturaleza, puedo ser compasiva hasta la exageración, ya que pongo demasiada de mi propia energía para ayudar a los demás con sus problemas, entonces me quedo sin la concentración suficiente para dedicarla a mi misma y a los problemas que pueden complicar mi propia vida, por el contrario me es imposible dejar que alguien comparta su energía conmigo para variar

Posiblemente lo haga inconscientemente porque me asusta centrar mi pensamiento en mis cuestiones, no quiero hablar de mis problemas porque no quiero tener la conciencia de que los tenga, prefiero evitarlos aunque me hagan más daño por dentro, por lo menos tengo la certeza de que nadie saldrá herido por mi culpa, que nadie se tendrá que preocupar por mi estado, que nadie sufrirá por mi…
Es difícil explicar a tus amigos, a tu familia, a los que más te quieren todo esto, porque ellos no tienen culpa de nada, pero solo pueden hacer una cosa: seguir estando conmigo
Puede sonar egoísta y es lo último que quiero dar a entender, lo que me ocurre no lo hago con esa intención ni mucho menos, es algo que escapa a mi control, que hago involuntariamente, algo que se ha convertido en dueño de mi, algo que quiero pero no puedo apartar, algo que se crece con el miedo, que aumenta con cada paso dubitativo que doy, con cada pregunta que me hago, algo que pretende evitar (sin apenas conseguirlo) mis errores, mis caídas, pretende evitarme cualquier tipo de dolor, pero ¿no se da cuenta que me hace más mal que bien?

Yo lucho contra él, tenemos batallas internas constantemente (casi todas ganadas por él), escapo a penas a unos centímetros de él para luego volver a caer en sus redes, es como un yo-yo que nunca deja de ir y venir, la cuerda me vuelve a traer una y otra vez, si consigo estirarla demasiado podré ir haciéndola ceder hasta que llegue un momento en que no tenga suficiente fuerza como para hacerme volver a sus garras, para ello os necesito
Porque cada conversación que comparto contigo significa un milímetro menos para él, porque cada vez que voy a tu encuentro estoy resistiéndome a seguir los pasos que me marca, porque necesito teneros a cada uno de vosotros para ganar esta batalla
No importa si te digo que no, no importa si ahora estoy lejos de ti, no importa lo que él piense de mi si voy a tu encuentro, no me importa nada más que TU

¿Qué hago entonces para solucionar esos días de inquietud?
Pongo algo de música para que me haga compañía, salgo a pasear, cojo la bici y me voy a rinconcito del olvido, leo uno de mis libros, etc.
Todas estas cosas tienen un efecto muy fuerte para mi, de la misma manera que la conversación lo tienen para otros, es porque cada una de esas cosas son una via de comunicación con la parte más profunda de mi ser, mi naturaleza sensible encuentra consuelo y esperanza a través de la armonía y ritmo como no lo encontraré en otra cosa, aunque quizá es porque no he podido probar otra cosa…

No hay comentarios: