lunes, 10 de octubre de 2011

El no

Aprendiendo a hacer cosas aunque no quiera, aunque no me gusten, aunque me provoquen malestar…
Total ¿Qué mas da? Si ya no me queda mucho para dejar de sentir definitivamente, si tengo un cubito de hielo por corazón, si el líquido que recorre mis venas es simple escarcha disuelta.
Cosas como ver como se matan más y más animales sin cordura, como escuchar hablar de ellos igual que de máquinas, como escribir tonterías diariamente en una libreta, como tener que oír a cazurros fardando de sus fechorías, como sentirme contagiada de la vagancia del ser humano, como ver destruir neuronas a miles y encima estar orgullosos, como aplaudir a aquellos que te roban disimuladamente o no el dinero, etc. y etc.

Entonces soy yo la rara por no seguir ese camino…por no comer, vivir o sentir como ellos, por no consumir a su nivel, por hacer cosas distintas, por querer cambiar mi vida y sentirme mejor conmigo misma, por pensar que las cosas podrían ser diferentes en un futuro, por querer a la madre tierra como a mi propia madre, por no importarme lo que digan de mi y seguir mi camino a pesar de todo lo que se te pone en contra.

Ha llegado un punto en el que me da pena y vergüenza, que se crean que todo debe ser como es, que no muevan un dedo ni siquiera por ellos mismos, que vivan con total indiferencia a lo que les rodea, que pongan excusa tras excusa para no hacer nada.
En fin hay días en que mi táctica de que todo me importe más bien poco deja de ser efectiva y es entonces cuando me da más que hacer mi cabecita…

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