miércoles, 10 de octubre de 2012

Que lástima vivir en una sociedad tan absurda...



Con lo fácil que serían las cosas siendo menos complicados, ¿por qué siempre se elige ocupar la cabeza con sandeces? Un día de estos voy a tener que tomar una decisión sobre todo esto, voy a tener que elegir seguir o desaparecer, taparme o no los oídos, aceptarlo o intentar cambiarlo, seguir impasible o reconstruirlo, si, ese algún día es poco probable que aparezca.

Mientras tanto aquí sigo, escuchando estupideces, viendo absurdeces y teniendo que decir sandeces a personas que ni siquiera escuchan. Hay días en los que me verás así y otros en los que soltaré mis borderías (que no son otra cosa que la forma con la que me libero de toda esa parafernalia). Muchos creen y me dicen que tengo que aprender a controlar mis borderías, en cierta manera sé que tienen razón, por muy asqueada que esté con esta sociedad ellos solo son títeres y no tienen la culpa, así que no tendría que pagarla con ellos. Aun así me da rabia, siento impotencia y me da coraje que algunas personas no se den cuenta de las cosas, no sean lo suficientemente despiertos como para ver la realidad de las cosas.

No pretendo ser ejemplo para nadie, no quiero ser una mensajera de nada (por mucho que el significado de mi nombre así sea), ni deseo tener sobre mí la responsabilidad de cambiar el mundo. Simplemente ansío la libertad de que me dejen ser como soy, tengo la esperanza de tener en mi vida lo que de verdad amo, quiero hacer con ella lo que sueña mi pequeña cabeza. Quiero reír o llorar sin sentido ni significado, saltar o tirarme al suelo, pasarme el día perdida por la calle o tumbada en la cama, que se me haga de noche leyendo o haciendo un puzzle, ponerme a bailar o cantar escuchando esa canción que me llega al alma, poner la cara de boba o que me brillen los ojos mirando el cielo, poder hablar contigo y que me des uno más de tus muchos consejos que tanta falta me hacen, escribir mis más hondos pensamientos y que aun así pueda respirar feliz.

¿Cómo una prodigiosa obra de ingeniería, como es el cuerpo humano, cuyas piezas ajustadas hasta en su más mínimo detalle son las que permiten que se lleve a cabo la tarea más importante de todas (vivir), es capaz de olvidar su capacidad y origen, hasta tal extremo de hacer cosas que no sólo no le favorecen sino que encima le perjudican?

P.D.: estoy bien (don’t worry), solo que hay veces que necesito sacar cosas fuera…

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