lunes, 19 de septiembre de 2011

No hablar, no mirar, no tocar...

Quizá eso debería ser mi advertencia siempre, igual así ahorraría los disgustos que voy dando por ahí...
Arruino todo lo que toco, quizá sea cosa del destino o que inconscientemente haya olvidado como hacerlo de forma diferente. Odio es una palabra que uso bastante poco y sólo suelo usarla para una cosa, refiriéndome a mi misma, así que en este momento odio la personalidad que todos ven, esa que siempre tiene una sonrisa estúpida en la cara, odio lo que poco a poco la vida a creado en mi y me odio a mi misma por haber creído que esa era yo, porque se me haya siquiera pasado por la cabeza que podía ser así. Realmente soy un ser odioso, alguien que no merece recordar, porque tiene el NO obligado en la boca, porque suelta borderías constantemente, porque tiene memoria de pez, porque ya no hay nada en el espacio que debería ocupar un corazón, porque su mirada es tan fría que te hace olvidar quien es de verdad, porque solo le falta echar fuego por la boca...

Por eso debería seguir las lecciones de esa advertencia, así ya no tendrán que arrepentirse de haberme conocido, de haberse quedado con la falsa imagen de alguien que no soy yo, de haberse hecho la falsa idea de que puede haber algo bueno en mi o que puedo hacer algo bueno por los demás, después de tres intentos fallidos creo que mejor sola que arruinar otra vida más...

(había que dejarlo salir)

1 comentario:

Dan Hdez dijo...

Te comprendo perfectamente. Aveces creo que hay algo malo en mi. Luego me oy cuenta que no es asi. Solo es que asi soy. Es un camino solitario pero ¿que mas nos queda si incluso los que son como nosotros y comprenden por lo que pasamos no nos soportan? Es triste pero asi es la vida de la gente como nosotros. Algunos nos conformamos con lo que tenemos y nos cae al plato y otros luchan toda su vida. Me gustaria pensar que soy de los segundos pero termino siendo de los primeros.