domingo, 8 de marzo de 2015

Retazos de la infancia



A veces ocurren situaciones que te hacen echar la vista atrás, aunque solo sea por un instante…

Sentada en el asiento de un coche, rumbo a alguna parte y con más personas dentro de él hablando cada uno de sus cosas, mirando distraída por la ventana, viendo pasar las cosas velozmente y pensando en  que la vida también se nos escapa de las manos sin darnos cuenta, escuchas como comienza una canción por los altavoces del coche, una de tantas canciones virtuosas del gran Sabina, de repente el paisaje se transforma, aparece ese pequeño rincón de la cocina de tu añorada casa donde pasaste muchas mañanas sentada no hace demasiado tiempo, al otro lado sartén y olla en los fogones, utensilios de cocina y alimentos que preparar en la encimera, sin faltar ella, mi madre, esa mujer que aun haciendo varios platos a la vez, es capaz de cantar y moverse siguiendo el ritmo de la música, mientras entre canción y canción rememora sus propios momentos que vivió cuando escucho esas canciones por primera vez.


Sonríes, ya no solo por el hecho de que unas pocas notas sean capaces de transportarte, sino porque una vez más te das cuenta de que el valor de una madre no tiene precio, porque aun no estando presente y aunque pase lo que tenga que pasar, esos instantes siempre volverán a tu memoria.

No hay comentarios: