sábado, 6 de febrero de 2016

Soledad

Hay veces en la que te replanteas por qué le tienen tanto miedo, a lo largo de mi vida me ha acompañado en diversas ocasiones, la gran mayoría en momento claves de mi crecimiento personal, puede que quizá no se la entienda como debería por tantas veces que se le ponen adjetivos negativos.

Hay momentos en los que uno tiene que cogerla de la mano, acariciarla suavemente y abrazarla con esmero, porque tenemos que aprender que en las situaciones más importantes o las decisiones más transcendentales uno está solo, y no me refiero a que le dejen solo, no, uno tiene más o menos familia, compuesta por aquellos con los que compartes sangre o los que son verdaderos amigos, esa maravillosa familia estará cierto tiempo contigo, no porque ellos no quieran estar sino porque no se puede controlar el ciclo de la vida, por ello tenemos que aprender a tenernos a nosotros mismos como único referente, porque al final somos nosotros los que actuaremos como valientes o cobardes frente a la vida.


Hay situaciones a las que uno debe enfrentarse solo, para ser capaz de hacerles frente y construir una lección que perdure toda la vida, porque cuando veas todas esas cicatrices en tu cuerpo no recordarás el dolor sufrido sino el coraje que tuviste para que cada una cicatrizase lo mejor posible, ahí no habrá ganador o perdedor, no será valentía o cobardía, habrá sido una decisión tomada por ti mismo, en la que afrontarás pros y contras como si tuvieran un mismo sentido, aquí no hay tiempo determinado, ni nada que te haga acelerar tu camino, solo cree en ti mismo y sabrás cuando deba acabar la reconstrucción de cada pedacito, créelo sinceramente porque lo sabrás tarde o temprano.

No hay comentarios: