martes, 23 de mayo de 2017


Una de tantas cosas que no se pueden explicar en esta vida y que aun así se empeñan en buscarle explicaciones, es sin duda el amor. Ese gran sentimiento que todos pervierten, intentando una y otra vez que entre dentro del raciocinio humano. Sin darse cuenta que ese hecho lo anula, lo vuelve pequeño, tanto que acaba por desaparecer entre peros y porqués.

Su grandeza es infinita y aun así pretenden acotarla, como si de simples palabras se tratase. Cuando con ellas no llegamos ni a la quinta parte de lo que realmente supone sentirlo.  No se puede explicar aquello que nace de tan dentro, de forma tan inesperada e inevitable,  ocupándolo todo en un abrir y cerrar de ojos. No se puede expresar su significado, simplemente está en cada respiración, caricia y beso, en cada mirada y abrazo, cada vez que caminan a tu lado y que te animan a seguir, en el que escucha y en el que te da su sinceridad, en aquel que sonríe hasta verte llorar de la risa.


Se empeñan en concentrarlo en un solo ser, cómo si se pudiera encerrar y etiquetar algo infinito, no, no es algo único e irrepetible,  se nos olvida siempre que el amor se presenta en multitud de aspectos durante nuestra vida. Aunque hoy crean no poder volver a sentirlo, vuelven a olvidar que no es elección suya, aparece de múltiples formas cada día, aunque no lo quieran, solo tienen que dejar que vuelva a fluir, dejar de lanzar explicaciones al viento y centrarse en aceptar sus propios miedos.

No hay comentarios: