viernes, 9 de junio de 2017


Algunas veces me encuentro a mí misma pensando en porqué no acaba, que ojalá se me pasara este nudo insistente en el estómago o que se borrasen las películas de mi cabeza cada vez que pienso en ti, que a ver cuando llega el día que pueda sencillamente pasear sin acordarme cada dos pasos de una y otra anécdota o que mis ojos vayan detrás de esos coches especiales ya asociados a ti, que pueda reírme a carcajadas y no buscarte al segundo siguiente, dejar de abrir puertas sin imaginar que estarás detrás o poder ver una película sin que mi mano tantee sonámbula alrededor,  pero al instante siguiente digo joder no, no quiero que se esfume ni de broma, porque es lo más auténtico que he sentido en la vida, y aunque haya pasado ya el tiempo, aunque esto altere mi día a día, aunque tenga que conformarme con sentir ese vacío y pensar que ya es algo del pasado, no quiero que se me olvide lo feliz que fui a tu lado, porque prefiero ir adaptándome poco a poco que no perder la fe de golpe, porque quizá así sea como mis neuronas han determinado pasar por ello, pero quédate con la tranquilidad de que nadie sabrá la verdad, nadie sabrá que a veces en los tiras y afloja ninguno sale beneficiado.

No vale, no está bien, la vida es intensa y cuesta seguirle el ritmo, pero debemos hacerlo, debemos aceptar que todo es efímero, deberíamos aprender a encontrar la felicidad también en soltar y dejar ir, porque algo puede estar delante de ti y al segundo encontrarse en el infinito y más allá, no importa cuánto lo hayas deseado, las cosas no suelen salir cómo las planeas y si, es una lástima que esto funcione así, es una auténtica patada en el estómago, pero hay que seguir, porque la existencia es algo más grande que una secuencia ordenada de fracasos o la lista interminable de cosas inacabadas, si, tu existencia significa más de lo que jamás podrás llegar a comprender, y en vez de sentirte atormentado y perdido, deberías despertarte cada día sintiendo que eliges querer la vida que tienes.

No hay comentarios: