jueves, 27 de diciembre de 2007

NAVIDAD


Es inevitable hablar de la navidad en estas fechas. Es un momento raro y especial, raro porque cometemos algunas o muchas locuras y especial porque en cada etapa de la vida es diferente o mejor dicho se pasa de manera distinta.

Vamos por partes: todos sabemos o conocemos la mayoría de “locuras” que se suelen hacer por estas fechas. Una de las cosas que creo que no entenderé, por lo menos hasta que tenga hijos, es la de llenar las casas de regalos de los cuales un 5% son para distintos familiares y un 95% son para los “hijo/os pequeño/os” (y no me digáis que no, porque si no es así es que no los hay). Como bien sabemos cada vez hay más fiestas, inventadas o no, para que gastemos cada vez más y más, pero yo creo que la navidad se lleva la palma…
Por un lado tenemos la celebración del nacimiento del niño Jesús (algo ya casi olvidado, para que nos vamos a engañar) junto con la espera de nuestros queridos Reyes Magos. Estos que son conocidos por su variedad de raza, su transporte ecológico, sus cabalgatas, por supuesto por llevarles regalos a millones de niñ@s y que viven en tierras cálidas y arenosas.
Pero por otro lado también tenemos la esperada llegada de un personajito intruso y muy americano: Santa Claus = Papa Noel. Este adorado personaje de traje rojo y blanco, con barba, barrigota pronunciada, que utiliza un trineo “volador” tirado por unos cuantos renos (6 ó 8, ya no me acuerdo, así que tampoco me preguntéis los nombres) y que vive en el polo norte (tierras frías y nevadas).
Yo me pregunto: ¿para que llenar el salón de regalos si después sólo se juega con dos o tres de ellos y los demás acaban tirados en la basura o guardados en el sitio más inhóspito del cuarto?, ¿porqué hay familias que lo hacen doblemente (primero Papa Noel y luego los Reyes Magos)?, ¿porqué envolvemos todos los regalos para después abrirlos?...

Por otra parte, creo que la navidad se vive diferente según en la etapa de la vida que te encuentres: la infancia resultaría ser la más feliz, soñadora e ilusionadota de todas, en ella se reciben la mayoría de regalos y se puede soñar con unos personajillos que recorren todo el mundo repartiendo regalos. La adolescencia y edad adulta sería una etapa de desengaño y desilusión la primera, y aceptación y entrada en el “juego” de comprar los regalos. Por último esta la vejez donde la tranquilidad inunda el cuerpo y donde nos ilusionamos viendo las caritas de l@s niñ@s cuando reciben su regalo.

Bueno pues yo creo q así ésta bien tratado el tema, para puntualizar decir que esta entrada fue medianamente escrita en un trayecto de tren en el móvil (lo que hace el aburrimiento).
Y por último sólo me queda decir que os deseo una Feliz Navidad a todos, espero que nunca perdáis la ilusión por los sueños que tengáis y que ante todo disfrutéis cada momento de la vida ;)

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