Miro
esos ojos, esos que me sostienen la mirada permanentemente, que parecen retarme
al duelo de ver quien aguanta más antes de hablar, sabes que yo seré la primera
en alejar la vista. Porque miro esos ojos y ya no me gusta lo que veo, me
introduzco dentro de esa mirada y ya no encuentro nada, solo vacío, dibujo cada
rincón de ellos buscando los cambios que ayer veía, atravieso la mirada
pero sigo sin encontrar nada.
Por eso
aparto mi vista, no quiero que te toque hablar, no quiero que me trasmitas más
de lo que ya lo has hecho con solo mirar, me doy cuenta de que he perdido, de
que se a esfumado todo en la ínfima distancia que nos separa, de que no he
podido hacer nada para evitarlo, no me has dejado. Solo quería que nuestro
equilibrio fuera eterno, que no tuviéramos que ganar o perder cualquiera, sino
que pudiésemos llegar a ese estado en el que nos encontrábamos ayer.
En
cambio, continuas mirándome, con esos ojos ya vacíos que no transmiten nada,
mas que un frío y viento gélido que recorre mis entrañas sin compasión, ese con
el que siempre consigues lo que quieres, con el que me desmontas sin miramiento
ni pudor, con el que me haces volver a mi rincón aislado y solitario, con el
que intentas convencerme de que esto es lo mejor que puede pasar, pero en el
fondo, muy en el fondo, sé que no es así, que solo es una excusa barata que
utilizas continuamente, con la que siempre acabas comprándome para que deje de
plantar cara.
Así que
prefiero ser yo la que aparte la mirada, porque así seré yo también la que empiece
a hablar, la que encauce la conversación, no a lo que quieres tratar sino a lo
que yo quiero que digas. No puedo hacerlo mientras te mantengo la mirada, así
que observo el horizonte, infundido por la tenue luz de la única farola encendida
que queda en la calle, apagado por el silencio que nos separa y rodeado por el frío
suelo en el que me haces estar, empiezo a contarte como creo que te sientes,
para que sepas que aun estás a tiempo de darte cuenta que formo parte de ti, te
asusta pensar que mi forma de ver las cosas te va hacer pasar malos momentos,
que exponerme al mundo es como poner a un gato panza arriba, en cierta manera
tienes razón, pero ¿qué sería de la vida sin vivirla plenamente?, ¿qué sería de
cada uno de nosotros si no pudiéramos equivocarnos?, ¿qué me dirías si cada vez
que algo te hubiese asustado no hubiese estado ahí para insuflarte valor y
hacerlo?, ¿acaso hay algo que hayas hecho sin que ni una sola célula de tu ser
temiese los resultados?, piénsalo bien ¿acaso vas a obviar que tarde o temprano
lo necesitarás?
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