viernes, 12 de abril de 2013

Vacía


Miro esos ojos, esos que me sostienen la mirada permanentemente, que parecen retarme al duelo de ver quien aguanta más antes de hablar, sabes que yo seré la primera en alejar la vista. Porque miro esos ojos y ya no me gusta lo que veo, me introduzco dentro de esa mirada y ya no encuentro nada, solo vacío, dibujo cada rincón de ellos buscando los cambios que ayer veía, atravieso la mirada pero sigo sin encontrar nada.

Por eso aparto mi vista, no quiero que te toque hablar, no quiero que me trasmitas más de lo que ya lo has hecho con solo mirar, me doy cuenta de que he perdido, de que se a esfumado todo en la ínfima distancia que nos separa, de que no he podido hacer nada para evitarlo, no me has dejado. Solo quería que nuestro equilibrio fuera eterno, que no tuviéramos que ganar o perder cualquiera, sino que pudiésemos llegar a ese estado en el que nos encontrábamos ayer.

En cambio, continuas mirándome, con esos ojos ya vacíos que no transmiten nada, mas que un frío y viento gélido que recorre mis entrañas sin compasión, ese con el que siempre consigues lo que quieres, con el que me desmontas sin miramiento ni pudor, con el que me haces volver a mi rincón aislado y solitario, con el que intentas convencerme de que esto es lo mejor que puede pasar, pero en el fondo, muy en el fondo, sé que no es así, que solo es una excusa barata que utilizas continuamente, con la que siempre acabas comprándome para que deje de plantar cara.

Así que prefiero ser yo la que aparte la mirada, porque así seré yo también la que empiece a hablar, la que encauce la conversación, no a lo que quieres tratar sino a lo que yo quiero que digas. No puedo hacerlo mientras te mantengo la mirada, así que observo el horizonte, infundido por la tenue luz de la única farola encendida que queda en la calle, apagado por el silencio que nos separa y rodeado por el frío suelo en el que me haces estar, empiezo a contarte como creo que te sientes, para que sepas que aun estás a tiempo de darte cuenta que formo parte de ti, te asusta pensar que mi forma de ver las cosas te va hacer pasar malos momentos, que exponerme al mundo es como poner a un gato panza arriba, en cierta manera tienes razón, pero ¿qué sería de la vida sin vivirla plenamente?, ¿qué sería de cada uno de nosotros si no pudiéramos equivocarnos?, ¿qué me dirías si cada vez que algo te hubiese asustado no hubiese estado ahí para insuflarte valor y hacerlo?, ¿acaso hay algo que hayas hecho sin que ni una sola célula de tu ser temiese los resultados?, piénsalo bien ¿acaso vas a obviar que tarde o temprano lo necesitarás?

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