sábado, 23 de agosto de 2008

Un descanso eterno


El día de hoy se encarga de recordarme que ayer fue un buen día, me levanté cansada, muy cansada, apenas puedo moverme, me duelen todos los músculos del cuerpo, incluso algunos que no conocía, me siento pesada, como si hubiera recorrido medio mundo, y solo tengo fuerzas para quedarme tumbada (mala señal)
Pero estoy “bien” porque ayer fue un buen día, fui a pasar el día al pantano o lago del Chorro, me olvidé de llamadas al móvil, de la enganchaera al interne, del calor, del agobio, de las preocupaciones…
Sólo tenía que meterme en el agua para refrescarme, meterme y dejarme llevar a donde la corriente quisiera, no tenía problemas, mi único fin era comer y vivir. Tumbada en la piragua, dejando que el agua me balancease, volviendo a aquellos tiempos cortos, buenos y maravillosos (en la cuna), mirando el amplio cielo, viendo a lo lejos la tierra repleta de árboles y arbustos, iluminados por un brillante sol, y con la única ocupación de dejarme llevar…
Lástima que se acabe, aunque volvería una y otra vez a ese sitio hasta que no me quedasen fuerzas para regresar, sé que tengo que afrontar las cosas, incluso si me resultan tan difíciles de resolver como la última decisión que tomé.
No sé que será de mí dentro de un par de meses, pero pase lo que pase, siempre tendré esta herida abierta por haber dejado pasar la oportunidad y ver como se alejaba…
Le querré siempre, más que a toda mi vida, espero poder volverle a ver sin miedo…
P.D: Tiene que ser muy bonito amar y ser amado, espero descubrirlo algún día

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